El sueño y la salud mental

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El sueño y la salud mental están estrechamente relacionados. Seguramente ya lo has experimentado: cuando te levantas después de una noche inquieta, incluso de insomnio, estás sujeto a cambios de humor, dificultad para concentrarte, problemas de memoria, motivación… Sin dormir, no es solo tu cuerpo el que está agotado, es también tu cabeza. Pero a largo plazo, esta falta de sueño bien puede tener un mayor impacto en tu salud mental. Demencia, depresión, agotamiento: ¿Cómo puede afectar la falta de sueño a su cuerpo y cerebro? ¡Te lo contamos todo! 

El sueño: un aliado imprescindible para tu cerebro

Durante la noche, tu cerebro está activo: es en este momento en particular cuando sus células se regeneran. El sueño permite que el  cerebro  se limpie de los desechos y toxinas acumulados durante el día. Además, el sueño es fundamental para el desarrollo y la madurez del cerebro, y ayuda a reducir el envejecimiento de tu cerebro. 

Cuando no duermes lo suficiente, tus habilidades cognitivas y emocionales se ven directamente afectadas, y las consecuencias pueden ser grandes…

La falta de sueño aumenta el riesgo de demencia

Según la OMS, casi diez millones de nuevos casos de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, ocurren en todo el mundo cada año.

Si bien el sueño a menudo se ve afectado en pacientes con estas afecciones, un creciente cuerpo de investigación también demuestra que los patrones de sueño antes del inicio de la demencia pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.

Un estudio publicado en la revista Nature Communications sugiere que existe un vínculo entre el riesgo de demencia y la falta de sueño: realizado en más de  8.000 personas durante 25 años, el estudio muestra que el riesgo de demencia es entre un 20 y un 40 % mayor en durmientes ligeros (es decir, aquellos que duermen menos de 6 horas por noche), que en personas con noches normales de 7 horas o más.

Como habrás entendido, la falta de sueño y la salud mental están profundamente ligadas… ¡Y no se limita a la demencia!

La falta de sueño y las consecuencias en la gestión de las emociones

Cuando estás privado de sueño, la amígdala, el área del cerebro responsable de manejar tus emociones, se ve directamente afectada.

Esta es la razón por la que, después de una noche inquieta, experimenta cambios de humor importantes, pasando fácilmente de la risa al llanto. Cansado, te enfadas con más facilidad, tienes menos paciencia, lloras con más facilidad y te dejas invadir por emociones negativas, dudas, miedos…

Si tu deuda de sueño se acumula, a largo plazo, también es más probable que sufras depresión, y que te dejes arrollar por tus pensamientos oscuros. 

Las facultades de concentración se debilitan

Cuando tiene falta de sueño, tiene menos éxito para concentrarse, razonar y tomar decisiones.

Pero eso no es todo: cuando dormimos, la memoria se consolida: la información esencial se almacena en el cerebro para ser registrada, y los datos que no son importantes (el color de la camisa del conductor del taxi, por ejemplo), se limpian para dejar paso, al día siguiente, para la integración de nueva información. 

Si no duerme lo suficiente, su memoria no se consolidará: le resultará difícil integrar nuevos aprendizajes al día siguiente, y también verá que su motivación lo abandona.

Falta de sueño y estrés

La falta de sueño favorece los trastornos de ansiedad. Dado que dormir menos te hace menos capaz de controlar tus emociones, no sorprende que el estrés tome el control fácilmente.

Además, con el tiempo, los estudios han demostrado que si dejas que la privación del sueño se apodere demasiado, corres el riesgo de sufrir agotamiento.

El problema es que el estrés y la falta de sueño  forman un círculo vicioso: si estás ansioso, es más probable que tengas problemas para conciliar el sueño y despertarte mientras duermes. Y esta falta de sueño amplificará aún más tu nivel de estrés…

Si sufres de estrés, los ejercicios de sofrología para dormir o de coherencia cardíaca pueden ayudarte.

Ten una buena higiene del sueño para cuidar tu salud mental

El sueño y la salud mental están directamente relacionados: el Inserm (Instituto Nacional para la Salud y la Investigación Médica) señala que cuidar el sueño en la mitad de la vida podría desempeñar un papel en la salud del cerebro. Por lo tanto, para su salud, tener una buena higiene del sueño es esencial:  

  • Acuéstese y levántese a horas regulares  todos los días
  • Adopte rituales vespertinos para evitar sus dificultades para conciliar el sueño
  • Lucha contra los despertares nocturnos que impactan en la calidad de tus noches
  • Asegúrese de tener noches de al menos 7 horas de sueño

La alimentación y el sueño están íntimamente relacionados: sigue una dieta rica en triptófano antes de acostarte, para favorecer un sueño reparador.

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